BIO

ESQUIRE

JORDI LONGARÓN

BARCELONA, 1933

Como era habitual en la época, este artista autodidacta empezó dibujando a una edad muy temprana y consiguió entrar como aprendiz en una agencia de ilustradores de Barcelona. Su entusiasmo y su destreza con los lápices se vieron recompensados con varios encargos para historietas juveniles, además de una colaboración regular en los extras del famoso cómic Hazañas bélicas. "Entonces se hacían muchas películas de guerra porque la Segunda Guerra Mundial y la de Corea justo habían terminado", nos comenta Longarón. "Todo estaba relacionado, pero a mí siempre me ha gustado más hacer portadas de novelas del oeste". Fue en este género tan popular donde se consagró gracias a unas ilustraciones a todo color que fascinaron a miles de lectores en varios países de Europa, aunque el éxito repentino también le obligó a aumentar su producción sin apenas tener vacaciones o fines de semana libres. " Había trabajado muchos años a partir de la imaginación, hasta que descubrí la fotografía y empecé a montar escenas del Oeste y de guerra para inspirarme", explica con una sonrisa. "Reunía a familiares y amigos, nos disfrazábamos e incluso alquilamos ese poblado de Esplugues donde rodaban westerns". Esta creatividad desbordante lo convirtió en el primer dibujante español en debutar en el mercado norteamericano con el cómic Friday Foster, en 1970. Sin embargo, la rutina de las viñetas se volvió insoportable y en los años 90 se refugió en sus portadas y en los cuadros, que exponía en una galería de California. Hasta que llegó la hora de retirarse "El que ha trabajado toda la vida con pinceles, difícilmente los abandonará ", afirma el artista. "No obstante, la pintura con caballete ha terminado"

©Esquire 82 Aut. David Moreu Photo: Xavier Torres-Bacchetta February, 2015

 

MEMORIAS ILUSTRADAS

JORGE LONGARÓN

Durante varios años fue director del estudio que Ediciones Toray tenía en dos pisos del paseo de San Juan 98, 6º, que tiempo después formaron parte de los cuatro que, comunicados (pertenecían a las fincas nº 98 y 100), formaban la superficie de Selecciones Ilustradas. Longarón fue, más que precoz, un niño prodigio. A los quince años fue capaz de realizar una colección de cuadernillos quincenales con dibujos de extraordinaria calidad. Colaboró directamente para editores españoles y extranjeros, así como a través de diversas agencias; en un tiempo, lo hizo a través de Selecciones, y los originales de sus obras, tanto en blanco y negro como en color, pudie­ron ser admiradas por los componentes del estudio. Sus trabajos, de una u otra forma, han sido publicados en casi todos los países del mundo. Consumado acuarelista y más tarde de las técnicas del acrílica y el óleo, muchas de sus portadas del género western pueden ser consideradas como auténticas obras de arte, injustamente desconocidas por los expertos de nuestro país. Durante estos últimos años alterna su tiempo entre la creación de obras para el campo editorial y las galerías de arte de Europa y EEUU.

© Memorias Ilustradas. Aut: Fernando Fernández Ed. Glènat ISBN: 84-8449-424-1

VISUAL

JORDI LONGARÓN. LA LEYENDA DE FRIDAY FOSTER

Toda leyenda tiene un inicio y la de esta joya del noveno arte titulada Friday Foster se remonta al 18 de enero de 1970, cuando empezó a publicarse en los mayores periódicos norteamericanos siguiendo el formato de tres viñetas diarias en blanco y negro (aunque los domingos acaparaba media página y lucía a todo color). Con la perspectiva que nos ofrece el paso del tiempo, es evidente que las aventuras de aquella modelo afroamericana convertida en fotógrafa de la alta sociedad no significaron ninguna revolución formal en la millonaria industria de las tiras sindicadas, pero el destino quiso que fuera la primera protagonista negra de la historia del cómic y eso ayudó a romper muchos tabús sociales que se arrastraban desde hacía décadas, a pesar de que algunos rotativos sureños decidieron no publicar sus hazañas porque allí aún imperaba la segregación racial.

Curiosamente, esos guiones con estética afro corrían a cargo de un escritor blanco de Nueva Jersey llamado Jim Lawrence y los personajes tenían el trazo inconfundible de Jordi Longarón, un artista barcelonés curtido en la época dorada de las agencias de ilustradores que se convirtió por azar en el primer dibujante español que debutó en el mercado americano. Aprovechando que ahora se celebra el cuarenta y cinco aniversario de Friday Foster, nos hemos encontrado con el maestro Longarón para recordar los orígenes de esta obra de culto que nunca se ha reeditado, descubrir los sacrificios personales que supuso dar vida a ese personaje durante varios años y conocer su opinión sobre la película homónima que protagonizó Pam Grier en pleno auge del cine blaxploitation. Un viaje trepidante y a ritmo de funk por unas viñetas que lo cambiaron todo sin apenas hacer ruido.

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 © Visual: Magazine de Diseño. Aut. David Moreu January 25th, 2018 

 

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